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martes, 31 de enero de 2012

Informe Rattenbach - Las Lecciones del Conflicto

El denominado "Informe Rattenbach" es un documento elaborado por una comisión puesta en marcha el 2 de diciembre de 1982 por la propia Junta Militar. La misma estuvo integrada por representantes de las tres Fuerzas Armadas Armadas y presidida por el Teniente General (R) Benjamín Rattenbach, la que realizó un juicio estratégico en base a la doctrina y a las normas de la justicia militar vigentes en esos días. Agregamos sus conclusiones finales.



Capítulo XIV - Las lecciones del conflicto



Introducción

852. Al realizar el análisis y evaluación de lo actuado en el Conflicto del Atlántico Sur, esta Comisión ha advertido y comprobado una serie de circunstancias y hechos que constituyen importantes experiencias de naturaleza política y militar. Una vez elaboradas, podrán proporcionar valiosas enseñanzas, las que contribuirán a perfeccionar la organización integral de la Nación para el logro de sus objetivos políticos en situaciones de conflicto, actualizarán nuestra doctrina para el empleo del potencial de guerra y del poder militar, mejorarán los conocimientos y procedimientos de empleo de medios modernos en el combate, y acrecentarán la aptitud profesional de los mandos, como así también de las tropas de nuestras FF.AA.


853. Por lo expuesto, esta Comisión se limitará a enunciar los aspectos más trascendentes, toda vez que, a su juicio, ellos deban ser estudiados y procesados en los organismos competentes, a fin de extraer de los mismos las modificaciones rectificadoras que modernicen y perfeccionen el sistema doctrinario, orgánico y jurídico integral de nuestra defensa nacional.

854. De esta manera, los errores y omisiones cometidos podrán sser aprovechados, luego de imprescindibles sinceramiento de las falencias propias a la ley dde verdad y de la realidad conocida, para procurar capitalizar esta experiencia en provecho propio y evitar, simultáneamente, la repetición de los aspectos negativos producidos durante el conflicto.

855. Ello constituye una obligación moral insoslayable ante la ofrenda de nuestros muertos en batalla, el sacrificio de los heridos y el sufrimiento de los cuadros y de las tropas durante la campana.

Aspectos nacionales

Organización de la Nación para la Guerra

856. Ha quedado demostrada la falta de preparación y organización del país para caso de guerra, debido a la carencia de una legislación necesaria en materia de defensa nacional, a la deficiencia de las estructuras orgánicas adecuadas y a la falta de procedimientos convenientes que permitan prever, planificar y ejecutar, en forma oportuna y eficaz, la movilización de la Nación para atender las exigencias de una confrontación bélica.

857. Por otra parte, tampoco se cuenta con un organismo y medios idóneos que, en forma centralizada, elaboren un sistema nacional de planeamiento para conducir integralmente el quehacer de las Fuerzas Armadas dentro de la política nacional, en sus vertientes de seguridad y desarrollo.

858. En 1966 se promulgó una Ley de Defensa Nacional (N° 16.970) que procuró remediar esta falencia, pero, en forma paulatina, fue dejada de lado. Subsistieron sólo algunos organismos como el COMIL y el EMC, los que no respondieron en forma alguna a las exigencias del conflicto, en razón de sus problemas intrínsecos.

859. La estructuración del CONASE ha sido el elemento orgánico que más se ha aproximado a las necesidades que reclamar previamente, el estado de guerra. En caso de haberse hallado vigente para el Conflicto del Atlántico Sur, habría permitido evitar las deficiencias observadas, teniendo en cuenta que tampoco la Secretaría de Planeamiento fue debida y oportunamente consultada.

860. En la actualidad, y en los países mas desarrollados, las situaciones bélicas o conflictivas son conducidas por medio de Gabinetes de Crisis que actúan en forma adecuada para atender las necesidades de la conducción del Estado durante la guerra y los cambios político, económico, psico-social y militar, durante el transcurso de situaciones de conflicto.

861. En el campo económico, es conveniente contar con las previsiones necesarias Y la legislación adecuada para el pasaje a una eventual situación de economía de guerra en la que, en forma expeditiva y con "equipos de crisis" se atienda preferentemente el desarrollo del conflicto desde el punto de vista de este campo del potencial nacional.

Política Militar

862. La República Argentina no posee oficialmente una política militar orgánica, cuyos fines y modos de acción claramente establecidos, armonicen, presupuestos, estructuras y estrategias entre las tres FF. AA., y entre éstas y el conjunto del quehacer político, económico y social del Estado Nacional. Así, por ejemplo, se careció de una armónica política presupuestaria que, debidamente integrada en nuestra real capacidad tecnológica, económica e industrial, atendiera las necesidades de mejorarlos medios aéreos, submarinos, de defensa aérea y electrónicos.

Código de Justicia Militar

863. Esta Comisión considera que el Código de Justicia Militar conviene que sea actualizado a la luz de la realidad del combate moderno, la incorporación de complejas tecnologías, las experiencias recogidas en la guerra del Atlántico Sur y la confrontación con códigos similares pertenecientes a las potencias que intervinieron en las últimas conflagraciones en el mundo.

Servicio Exterior

864. El personal que se desempeñaba en los cargos superiores del Ministerio de RR.EE., salvo honrosas excepciones, no acreditó en las tareas de estudio y de asesoramiento correspondiente al campo integral de las relaciones internacionales, el alto nivel de eficiencia profesional que exigía el conflicto.

Tal situación reclama, para ese ámbito, la urgencia de una mejor y más exigente capacitación y selección de los funcionarios para sus promociones y destinos orgánicos. (v.g: Asesoramientos producidos e incluidos en expediente CM VI/38/83).

Inteligencia Estratégica

865. Las actividades propias de este campo no recibieron el tratamiento que su importancia integral reclamaba, mostrando así graves vulnerabilidades ante la acción enemiga, y limitaciones en la obtención oportuna de la información necesaria y su consecuente elaboración para obtener inteligencia de-diferentes niveles.

866. Todo ello reclama la constitución y funcionamiento de la real comunidad informativa establecida en la incipiente doctrina de inteligencia que comprende, además de los organismos especializados, los ministerios más directamente involucrados en el quehacer de la defensa, nacional y en el logro de objetivos políticos nacionales (Defensa, RR.EE., Acción Social, Economía, Obras y Servicios Públicos, etc).

De esta manera se logrará constituir una verdadera y eficaz herramienta de la conducción para sistir, en este campo fundamental del quehacer humanos, los responsables de la conducción política y estratégico-militar.

Acción Psicológica

867. Las falencias en ese campo han sido graves. No hubiese afectado tanto el resultado del conflicto si se hubiese dispuesto de una eficaz acción psicológica ante , durante y después del mismo, lo que habría permitido, al menos evitar el sentimiento nacional de frustración que produjo el desenlace.

868. La importancia de este especialísimo campo de la actividad humana se evidencia, cuando se considera que la derrota, en última instancia, sobreviene cuando claudica la voluntad de lucha de uno de los contendores. Esto involucra la influencia de un factor de orden psicológico, QUE ES INDEPENDIENTE DEL RESULTADO DE LA BATALLA Y DE LOS POTENCIALES ENFRENTADOS.

869. De esta forma, la caída de Puerto Argentino, podría haberse convertido en una victoria psicológica de la cual se podrían enorgullecer las generaciones venideras. La dimensión del oponente, la justicia de la causa, y, finalmente, la firme determinación de enfrentar a un enemigo superior, a despecho del inevitable epílogo, eran algunos de los ingredientes más importantes para lograr ese objetivo.


Aspectos institucionales

Doctrina Conjunta

870. Las deficiencias observadas en materia conjunta han resultado significativas y reclaman urgente solución. El primer accionar conjunto de las Fuerzas Armadas se produjo en esta guerra con Gran Bretaña.

No se registran, previamente, operaciones de adiestramiento o ejercicios conjuntos de importancia. Ello ha constituido una grave responsabilidad de los conductores del presente conflicto.

871. En la guerra moderna, sólo la integración a nivel conjunto de las FF.AA. permite el logro de los objetivos militares propuestos. Ello requiere, por consiguiente, un desarrollo armónico, balanceado, racional y adaptado a las necesidades del combate moderno de las tres FF.AA. De nada vale que una fuerza adquiera un potencial o capacidad determinada, si no es acompañada por un desarrollo similar en las otras fuerzas. Gran Bretaña lo demostró, al formar una fuerza de tareas anfibia perfectamente balanceada con las necesidades operativas. De nada le hubiese servido, por ejemplo, disponer de más buques de guerra si no le resultaba suficiente la cantidad de aviones que trasladó al TO. o viceversa. Otro tanto puede decirse de su infantería o de su artillería.

872. Solucionar este problema, debe constituirse en una responsabilidad primordial de las autoridades de cada fuerza. Será necesario, en primer término, limar asperezas, delimitar ámbitos operacionales, desarrollar doctrinas conjuntas, efectuar ejercitaciones teóricas y practicas, instrumentar cursos de estado mayor y de conducción conjuntos y, fundamentalmente, hacer comprender a todos y cada uno de los integrantes de un comando operacional, que la misión y la suerte de dicho comando se hallan por encima de toda consideración de orden institucional. Las guerras son ganadas o perdidas- por las Fuerzas Armadas de una Nación, y no por tal o cual de ellas. La guerra moderna no admite la posibilidad del triunfo por parte de una fuerza, exclusivamente. En cambio, existe la seguridad de la derrota si ellos actúan en compartimientos estancos.

873. El Estado Mayor Conjunto es el organismo fundamental para operar esta transformación. Para ello será necesario prestigiarlo, potenciarlo y dotarlo de los hombres más aptos que cada fuerza pueda destinar al mismo, en función de su vocación conjunta, acreditada y oficialmente calificada. Un sistema único de planeamiento, y el curso de guerra conjunto, más la atenta y exigente observación y selección en este sentido, deben ser los primeros pasos.

Debilidades de las FF.AA. en el Conflicto

874. Este ha sido el único conflicto bélico de la Nación en lo que va del siglo. Si bien la paz es un objetivo nacional permanente de cualquier comunidad civilizada, ella se logra mediante una adecuada preparación para disuadir a los enemigos potenciales de emplear la fuerza en contra propia.

875. Nuestras FF.AA. demostraron en el conflicto, las siguientes debilidades:

a. Deficiencias en el accionar conjunto, según fue referido en el subtítulo anterior.

b. Falta de desarrollo equilibrado y armónico del equipamiento de cada Fuerza, sujeto ello a las necesidades de la guerra moderna y las hipótesis de guerra existentes.

c. Falta de una fuerza submarina adecuada.

d. Falta de una aviación modernizada para la guerra en tierra y en el mar, y de medios aéreos de exploración y reconocimiento adecuados.

e. Falta de fuerzas terrestres actualizadas profesionalmente, en especial para el combate en horas de oscuridad.

f. Ausencia de una logística organizada y conducida con criterio conjunto.

g. Falta de fuentes diversas para la obtención de armamento y de una adecuada capacidad de autoabastecimiento, por ausencia de tecnología propia y de industrias de guerra suficientes.

h. Falta de adiestramiento suficiente en las FF.AA. para el aprovechamiento integral de la electrónica en todos los ámbitos de la guerra moderna (Aire, agua, tierra).

876. En el aspecto humano, debe enfatizarse el concepto de que el hombre es el elemento decisivo en toda batalla y, como tal, la calidad de los mandos adquiere importancia fundamental.

La edad del personal bajo servicio militar obligatorio, cuando estuvo bien instruido y conducido, no constituyó, en sí misma, limitación alguna a su capacidad de combatiente.

877. Los largos períodos de paz alteran frecuentemente las pautas y los criterios para la formación y selección del personal de cuadros. De esta forma, en los períodos mencionados, prevalecen las aptitudes intelectuales por sobre las de carácter y espíritu militar. El valor -virtud genérica connatural a la profesión de las armas- resulta difícil de ser percibido y evaluado. De allí surge la necesidad de extremar, con severa prolijidad, la selección y formación de los hombres destinados al ejercicio del mando y la conducción superiores. A su vez, y para tener acceso a ese nivel de autoridad, es imprescindible destacar la importancia que poseen las aptitudes armónicamente acreditadas en el mando efectivo de tropas y unidades de combate, antes que en los trabajos de gabinete.

878. Considerado el conjunto de valores necesarios al militar, la responsabilidad es una de las virtudes superlativas. Su devoción constituye la cualidad más relevante de un comandante, y el hecho de que le corresponda en forma exclusiva, no exime, sin embargo, a los niveles dependientes, del respectivo ejercicio de la suya. Ello obliga, en particular en los niveles de la conducción superior, a exponer y analizar con absoluta lealtad militar aquellas disidencias de fondo que pudieren, eventualmente, afectar las futuras operaciones proyectadas y la suerte de las armas. La independencia de juicio y la honrada y leal franqueza intelectual, constituyen así, una exigencia en las tareas y en las decisiones del Comandante.

Conclusiones finales

879. Los efectos resultantes del bloqueo total de las Islas por parte de Gran Bretaña, caracterizaron la situación y el desempeño de las fuerzas terrestres propias destacadas en las mismas. Ellos afectaron decisivamente las posibilidades de su adecuado refuerzo, del mantenimiento de su capacidad de desplazamiento y de acción táctica de combate frente al enemigo y, finalmente, limitaron en forma casi total, el transporte de abastecimientos desde el continente hacia las Islas -pese al arduo esfuerzo que significó el mantenimiento del puente aéreo-, imponiendo serias restricciones logísticas que afectaron el poder de combate.

880. Es obvio, que haber pretendido -por ejemplo- convertir a la Isla

Soledad en una fortaleza, defendiéndola en toda la longitud de su perímetro de 1600 Km, habría reclamado una densidad inaceptable de efectivos, más aún por la proximidad de la aviación británica, embarcada y por la abundancia de sus helicópteros de transporte y combate. Todo ello se concretó en una gran libertad de acción para ejercer la iniciativa y actuar ofensivamente dónde, cuándo y cómo más les favorecía. Así, operaron primero sobre San Carlos, luego sobre, Darwin-Pradera del Ganso y, finalmente, sobre Puerto Argentino.

881. La suerte una vez más estuvo del lado de los Batallones más fuertes.

En esa forma, el desenlace de la natural consecuencia de la relación del poder de combate integralmente considerado, lo que también incluye, como es justo expresarlo, la capacidad de los mandos tácticos británicos y el valor y adiestramiento de sus tropas.

882. Existen numerosos actos de valor extraordinario producidos en todas las FF.AA. y FF.SS. en el teatro de la guerra por quienes, sirviendo a su deber, acreditaron la vigencia de nuestras mejores tradiciones castrenses.

883. Debemos estar orgullosos por la hidalguía con que procedieron las armas de la Patria, las que, en momento alguno, infringieron las normas de la guerra incurriendo en acciones reñidas con la ética de las tropas en lucha, tales como atacar a los combatientes, a las naves y aeronaves afectadas a tareas de salvamento.

884. Más allá del resultado del conflicto bélico, nuestras FF.AA. pueden estar satisfechas de su actuación durante la contienda, ya que se enfrentaron a una potencia mundial de primera magnitud, apoyada política y logísticamente por los EE.UU.

885. Si en las condiciones mencionadas nuestras FF.AA. supieron infligir daños fuera de toda proporción a la Fuerza de Tareas Conjunta del Reino Unido, a tal punto que éste se vio obligado a desplegar la mayor parte de sus Fuerzas anfibias, podemos afirmar que han cumplido airosamente con su deber.

886. Las responsabilidades de la conducción superior en los niveles de la política y de la estrategia están ahora establecidos. También ya lo fueron los méritos en campaña y las responsabilidades que pudieron caberle a los mandos tácticos y a los combatientes, en el cumplimiento de sus misiones de combate, logísticas o administrativas.

887. Las circunstancias propias del epílogo de los acontecimientos militares en las Islas, limitaron la posibilidad de una más rápida obtención, reunión, clasificación y análisis de la documentación sobre las distintas acciones.

888. Sólo la perspectiva del tiempo otorgará justa proporción y adecuada distancia a los sucesos y a las conductas. Y ya que, desde ahora, están aseguradas la objetividad y la certeza, tampoco la responsabilidad quedará librada al acaso, rodando imprecisamente, de mano en mano.

889. Desde nuestro aquí y nuestro ahora, esta paz, tan grave y tan costosa, debe ser, necesariamente, noble determinación y también valerosa actitud de orden y de rectos propósitos.

890. Al Reino Unido, vencedor de la contienda, le queda hoy el análisis desapasionado de su conducta durante el conflicto que, más allá de toda consideración sentimental, no se compadece, por sus alternativas, con su ubicación de potencial relevante en nuestro mundo occidental y cristiano.

De este análisis surgirá, y no exclusivamente del hecho intrínsecamente cruel por innecesario, cual fue el hundimiento del Crucero A.R.A. General Belgrano.

Su responsabilidad por este acontecimiento, además de otros de menor cuantía, es insoslayable.

4 comentarios:

carlos pissolito dijo...

Viernes 03 de febrero de 2012 | Publicado en edición impresa.El Informe Rattenbach

El general que desnudó la guerra
Por Héctor Horacio D'Amico | LA NACION (Parte I).

El doloroso final de la batalla de Puerto Argentino, plagada de errores militares. Foto: Archivo Como en toda derrota, como en toda victoria, Malvinas ocurre siempre en el presente.

Hace 30 años, uno o varios hombres sin rostro ni nombre, pero con tics propios de los agentes de inteligencia, le filtraron a una revista que ya no existe el documento secreto más temido por la Junta Militar y, a la vez, el más esperado por la opinión pública: el Informe Rattenbach. El aporte de ese documento no fue sólo conocimiento, sino también catarsis. Por primera vez los argentinos tenían ante sus ojos las razones de la derrota que significó uno de los mayores golpes a la autoestima y al sentido mismo de pertenencia a una nación.

El Informe, como en una tragedia, nació atrapado entre dos ambiciones antagónicas e irreconciliables. Una, la necesidad del gobierno militar, desprestigiado y agónico, de ocultar los hechos o, por lo menos, de intentar maquillarlos; la otra, la demanda de la sociedad de comprender por qué una gesta patriótica, celebrada masivamente por la población, se había degradado en apenas tres meses a una aventura militar que dejó 1000 muertos y 3000 heridos entre ambos bandos.

La promesa de la Presidenta de desclasificar el documento confirma que la historia es más perseverante que el designio de los hombres. La mención del general Benjamín Rattenbach tal vez no significa mucho, seguramente nada, para las generaciones que no tienen recuerdos personales del conflicto. Bastará decir, entonces, a modo de ayudamemoria, que Rattenbach (en alemán significa "arroyo de ratas") era el más antiguo de los generales y uno de los de mayor prestigio cuando la Junta Militar decidió, seis meses después de la caída de Malvinas, formar una comisión de altos oficiales retirados de las tres fuerzas para investigar lo ocurrido en las islas. Lo que no tuvo en cuenta la Junta es lo que el viejo general haría con ese mandato.

Autor de varios libros, entre ellos El sistema social militar de la sociedad moderna y Sobre el país y las fuerzas armadas , reflexivo, estudioso, se definía como un militar "profesionalista" que se había perfeccionado en Berlín. Respetuoso del protocolo, estrechó en una ocasión la mano de Hitler, alguien por el que sentía desconfianza y desprecio

carlos pissolito dijo...

Parte II

La enorme distancia entre lo que el gobierno pretendía de la investigación y los resultados logrados por Rattenbach fue el punto de no retorno en una relación que se deterioró hasta alcanzar actitudes miserables, como el espionaje interno, las intrigas, la adulteración de documentos y el vacío social que le impusieron camaradas de toda la vida. La decisión secreta de no dar a conocer el Informe provocó, como era de esperar, alivio en algunos sectores de las Fuerzas Armadas y enorme frustración en otros.

La negativa tuvo el efecto de una bomba de fragmentación arrojada no sobre el enemigo, sino sobre militares profesionales y conscriptos que habían combatido bajo una misma bandera. Actos heroicos, flaquezas, aciertos y errores quedarían confundidos y sepultados en masa bajo el anonimato del silencio. Con ironía cruel, oficiales decepcionados hablaban de "el último desaparecido", para referirse al texto de 300 carillas que quedó archivado juntando polvo durante décadas en "El Fortín", la habitación blindada y supuestamente más segura del tercer piso del Estado Mayor del Ejército.

Escrito a máquina a doble espacio, con riguroso estilo militar, forrado en cuero, el documento reúne los testimonios de setenta altos oficiales que tuvieron responsabilidades en el conflicto. Es el mayor ejercicio de autocrítica hecho sobre Malvinas, el que contiene la más precisa enumeración de los gravísimos errores cometidos.

Contrariamente a lo que se ha repetido tantas veces, en el texto no se pide la pena de muerte para los miembros de la Junta que gobernaba en 1982. Lo que hace es encuadrar al teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri y al almirante Jorge Isaac Anaya en artículos del Código de Justicia Militar que los hacen pasibles de la pena de muerte o de reclusión perpetua. Para el tercer miembro, el brigadier Basilio Lami Dozo, contempla la pena de destitución y reclusión por tiempo indeterminado. Pide sumario militar para el teniente de navío Alfredo Astiz y responsabiliza al Comité Militar, al que acusa de "exceso de optimismo, exitismo e incapacidad para el planeamiento de operaciones bélicas". Contempla, además, la posibilidad de someter a juicio político al canciller Nicanor Costa Méndez.

En 300 páginas se describen también casos de valentía y arrojo ante el enemigo, comportamiento ejemplar en las trincheras y en la retirada final hacia Puerto Argentino, tanto de oficiales con mando como de conscriptos, pero esas referencias son la excepción cuando de lo que se trata es de explicar una derrota, no una victoria. Leídas hoy, a pesar de los años, las conclusiones del Informe remiten a "un tiempo que no podemos entender", como sentenció Borges en la última línea de "Juan López y John Ward", el único poema que Borges escribió sobre Malvinas.

"La clase 1963 no había completado su instrucción básica ni había completado la instrucción elemental de tiro y combate." "Un grave error de conducción fue querer conducir, a la vez, el país y la guerra." "El 60 por ciento de las bombas argentinas sobre buques británicos no explotaron porque no tenían su tren de fuego preparado para blancos navales." "No existía un plan de defensa de las islas en caso de que Gran Bretaña decidiera recuperarlas por la fuerza." "No hubo un objetivo estratégico militar claro." "Esta guerra se encaró con unas fuerzas armadas equipadas, organizadas e instruidas solamente para un conflicto regional. La acción de las tres Fuerzas Armadas se hallaba vigilada desde un principio por las divergencias y rivalidades que existían en ellas en tiempos de paz."

El Informe salió a la luz el 23 de noviembre de 1983, en una extensa nota de tapa en la revista Siete Días . La operación que precedió esa primicia parecía inspirada, por ciertas extravagancias, en las intrigas de John Le Carré y comenzó en una mesa de la confitería París, a pasos de la plaza San Martín y del Círculo Militar.

Anónimo dijo...

QUIERO COMPARTIR ESTO CON USTEDES PARA DESMITIFICASR ESO DEL INFORME SECRETO

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24)El Informe Rattenbach que la Presidenta ordenó este martes 07/02 desclasificar fue publicado en forma completa por la revista 7 Días (cuando aún era Editorial Abril/Rizzoli), en 1983.

En sus ediciones Nº 858 y 859 (23 y 30 de noviembre de 1983), el semanario le dedicó su tapa y gran parte del número a dicho documento; de esa forma éste salía a la luz pública de manera extraoficial. Luego se publicó en forma de libro al menos en 2 ocasiones.
Actualmente se puede acceder a la versión no oficial a través de diversas páginas web.

En abril de 2007, el diputado Pedro Azcoiti presentó un proyecto de ley (expediente 1350-D-2007) para proceder a la publicación del informe que, nunca publicado oficialmente, puede conseguirse por internet a $150.

carlos pissolito dijo...

OTRA COSA MUY INTERESANTE PARA COMPARTIR SOBRE ESTE INFORME

Fecha: 23 de Noviembre de 1983 – Autor:Jorge Abelardo Ramos

La comisión Rattenbach pide la pena de muerte para los tres oficiales que decidieron la ocupación de las Malvinas. El pedido pinta de cuerpo entero a Rattenbach y colegas. Y pensar que pasaron largos años de sus carreras cantando el Himno ante todos los mástiles de la República para pedir calma, finalmente, cuando llegó la hora de marchar y morir. Ahora dicen que se trata de una “aventura militar inoportuna”. ¡Y la Nación ha gastado montañas de buenos sueldos para empollar generales herbívoros, que tiemblan ante Occidente y sólo piden muerte o prisión perpetua para sus camaradas!. Sin embargo, detrás de las penas que piden para Galtieri está el propósito de enterrar para siempre la memoria colectiva el hecho prodigioso e imborrable de que luchamos en desigualdad de condiciones con los dos imperios más poderosos y pérfidos de la tierra.
Triste misión la de Rattenbach. Con los chismes de Casino, y acopio de errores técnicos, improvisación, cobardía, -en suma, gajes de toda guerra-, quieren sepultar, con la benevolencia de la “opinión mundial”, a los jóvenes héroes que enrojecieron con su sangre el mar austral y eclipsar el giro espectacular de la perdida conciencia nacional de toda la América Latina, puesta de pie cuando tronaron los cañones de la Argentina. Esa es la victoria política que obtuvimos sobre Gran Bretaña y es justamente esa victoria la que desean nublar estos tristes redactores del informe Rattenbach. No me extraña en absoluto. ¿No es el mismo Brigadier Rey que firmó el decreto como integrante de la dictadura de Lanusse, otorgando a la Reina de Gran Bretaña el laudo para resolver el problema del Beagle? Ahora pretende condenar a muerte a los que guerrearon contra Inglaterra. “Vaya usted a hacer Patria con esa gente”, dijo Bolívar, refiriéndose en su tiempo a sujetos semejantes.

El imperialismo mundial, simulador incesante de las “formas democráticas”, quiere poner la mano sobre nuestro uranio enriquecido, que nos sitúa como el único país del Tercer Mundo que se encuentra en el umbral de la revolución científica y tecnológica de nuestra época, si sabemos avanzar más allá; y quiere apoderarse de nuestras empresas estatales para cobrarse la deuda externa.
El informe de Rattenbach se incluye, lo sepan o no deplorables autores, en esa campaña mundial para inferiorizar a los argentinos.
Pero no van a prevalecer, me atrevo a asegurarlo.